Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2016

El humo de tu cigarro.

Y ahí estábamos, dos almas perdidas que solo se entendían ellos mismos. No creíamos parecernos, pero nuestros instintos más primitivos nos hicieron vulnerables. Recuerdo que hacía frío, y quizás no consigo saber el día en el que pasó todo. En el que se aceleró mi corazón, mis ojos brillaban, y hablaba más de tí que de nadie. Corrí todo lo posible para alejarme, pero mis pies estaban tan cansados y doloridos que decidieron frenar. Y tú seguías en el mismo lado en el que te había dejado. A dos centímetros de mi. Quizás la única que decidió alejarse fue mi cabeza, pero mi cuerpo no quería. Y cuando me di cuenta, estaba contigo durmiendo en un sofá viejo que nos pareció el lugar más cómodo del mundo. Me besaste, y sentí que esa noche no quería que acabase, que quería acostumbrarme a ti y a tus manías, al humo de tu cigarro , a dormir apoyada en tu brazo, a poder decir que eres mío. Ya había caído, y no me estaba dando cuenta de nada. Caí en tí, como un niño cae en su madre, o un cuerpo sin