Tres cosas indispensables.

Una vida en juego. Quizás puede que sea la mía, la tuya, o la de la persona que tienes al lado. Aquella vida de tanto valor que nosotros no le damos. Aquella vida bella, tan maravillosa y tan llena de cosas positivas. Un vida, solo eso, una vida. Y una persona que la vive como si fuera el último día de su existencia. Un cuerpo asignado a un alma libre, a una mente privilegiada y a unos conocimientos básicos. Y ese cuerpo vestido con el disfraz de la sociedad. Vida, alma y cuerpo. Tres cosas que se juntan para poder ser una sola. Y sí, no entiendo como nosotros valoramos mas el cuerpo que la propia vida, o lo que es incluso peor, valorar el cuerpo antes que el alma. Ah, y como no, se me olvidaba mencionar los sentimientos. Buenos o malos, pero sentimientos. Sentimientos incluso inventados. Con ocasiones de sacarlos, o de dejarlos dentro. Pero no nos desviemos, no te desvíes Delia. Hablamos de la vida y de las experiencias que te da esta. Vívelas y que nada te lo impida. Jugar a que alguien te la quite como es el propio destino es algo que siempre esta ahí, pero no por ello debemos asustarnos. Es más, en ocasiones en la que tu vida corre peligro, es cuando el ser humano mas se crece y madura de una forma bestial. No ocurre siempre, pero ocurre. ¿Y por qué? Porque somos tan tontos que solo nos damos cuenta de lo que verdaderamente importa cuando estamos a punto de perder lo todo, cuando ya no tenemos otra salida mas que ser fuertes y afrontarlo.Esconderse es de cobardes. No te tapes con la manta de la hipocresía y de las apariencias. Juega, saca tus cartas, tu mayor sonrisa, y date un paseo por el mundo de los recuerdos, de las historias felices y de los cuentos de fantasía.

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