Sillón viejo.

Sentada sobre un sillón viejo, de color marrón y un tanto desgarrado,  miro hacia el reloj, en sus agujas, como dan vueltas y un minuto se hace interminable. Cojo un cigarro, lo enciendo e inspiro el humo, tragándome lo, notando como recorre toda mi garganta, llegando a mis pulmones y destrozando me por dentro. Pero no me importa, ya no. Sigo mirando las manecillas del reloj, y me doy cuenta de que solo han pasado 30 segundos, de los cuales ya no volveré a recuperar. Pero perder el tiempo ya tampoco me importa. Pienso, mi mente empieza a recordar, empieza a divagar por el mundo de los sueños y las pesadillas, de lo correcto y lo incorrecto, de lo bueno y lo malo, de la vida o de la muerte... Me levanto del sillón, y ando sobre aquella pequeña habitación.Esta oscura, pero por una pequeña ventana entra un leve rayo de luz, reflejándose en un espejo que se encuentra a mi derecha. Camino hacia él, y me pongo enfrente suya. Veo mi silueta, mi físico y me parece que esta todo bien. Pero me doy cuenta de que el espejo no ha captado mi lunar de la cara, y me preocupo por ello. Sigo mirándome. Mi cuerpo cada vez es mas transparente, dejando pasar el rayo de luz que atraviesa mi cuerpo. Y en cuestión de segundos, no me encuentro en el espejo, mi cuerpo no existe.Y me vuelvo a sentar en ese viejo sillón, en el sillón de la tranquilidad. Y me sumerjo en un mundo de fantasía, dándome cuenta de que me falta el aire para respirar, pero eso es lo de menos. Soy consciente de lo que me ocurre. No me asusto, y dejo que la vida siga su curso. Y después de ese minuto tan largo, abro la puerta de la habitación. Nadie me escucha, nadie me ve... Solo soy un alama vagando entre el mundo humano. Pero eso, en realidad, tampoco me importa. 

Comentarios

  1. Me encanta tu blog :)

    Te espero: thephantomsquare.blogspot.com

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El ayer.

Siglo XVII