Existia en un mundo de los infelices, aquella que era la mas desdichada de todos. Aquella que acabaria con todo en cuanto tuviera la oportunidad de ello, o la fuerza necesaria. Aquella que cuando su mundo se caia a pedazos, se dio cuenta de que ese mundo no existia. Que en realidad era una farsa. Y se vio mas sola que nunca. Mas perdida. Mas angustiada. Y mas acabada que en esos años de su existencia.
El ayer.
Aquel susurro a las 5 de la madrugada, aquella mirada al empezar la noche en la que me di cuenta de que no me mirabas como a las demas, aquellas conversaciones en las que todo lo que decias era lo que pensaba, y viceversa. Siempre me adelantaba a lo que ibas a contar, y creo que eso te llegaba a cabrear. Un yo pero visto en otra persona. Y aquella cancion que me dedicaste, aquella que sono y bailamos cerca pero con distancia, juntos pero sin estarlo. Libres. Y querer hacer la locura de bañarnos a las tantas en la playa. No paso nada, pero no nos hizo falta. Miradas y sonrisas, solo eso, y fue suficiente. Y tu sigues queriendo hacer locuras. Pero eso fue algo que jamas se repetira, demasiada fantasia junta. Pero siempre nos quedara el verano, aunque sea una noche, para repetir aquello que paso, miles de promesas para cumplir como tu me dijiste.
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