Existia en un mundo de los infelices, aquella que era la mas desdichada de todos. Aquella que acabaria con todo en cuanto tuviera la oportunidad de ello, o la fuerza necesaria. Aquella que cuando su mundo se caia a pedazos, se dio cuenta de que ese mundo no existia. Que en realidad era una farsa. Y se vio mas sola que nunca. Mas perdida. Mas angustiada. Y mas acabada que en esos años de su existencia. 

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